Aunque esté muy extendida la premisa social de que “las apariencias engañan”, y aunque para la misma ciencia la primera impresión no contaba demasiado cuando de comunicar rasgos de la personalidad se trataba, lo que podemos transmitir a través de nuestra imagen es bastante más de lo que creemos. Veamos cómo influye la primera impresión en las relaciones humanas.
Lo que puede decir nuestra imagen
Una investigación emprendida por los psicólogos Laura Naumann, de la Universidad de Sonora y Sam Gosling, de la Universidad de Texas, en Austin, ha concluido que la imagen personal puede ser muy reveladora respecto a ciertos rasgos centrales de la personalidad.
Los investigadores observaron que con solo una imagen controlada o reposada de una persona, se pueden deducir importantes rasgos de la personalidad, como por ejemplo, la introversión o la extraversión.
Pero lo más revelador del estudio de Naumann y Gosling fue que cuando estas personas manifestaban comportamientos expresivos (posturas sonrientes o enérgicas), los juicios sobre sus rasgos de personalidad fueron acertados en nueve de cada diez casos.
¿Qué se puede saber sobre la personalidad de alguien con una primera imagen? Los expertos concluyeron que los rasgos de personalidad que se pueden obtener mediante la observación de estos comportamientos expresivos son de gran valor y utilidad. Nos referimos nada menos que a la extraversión, la amabilidad, la responsabilidad, la estabilidad emocional, la apertura social, la simpatía, la autoestima, la soledad, la religiosidad y hasta la orientación política.
Poses controladas y naturales
Estos importantes resultados fueron obtenidos por el equipo de Naumann y Gosling mediante la observación de fotografías de cuerpo completo de 123 personas que nunca habían visto antes. Se observó a los colaboradores, tanto en pose controlada con una expresión facial neutral, como en una pose definida naturalmente por el mismo. Estos datos se cotejaron con otros relacionados con la auto-evaluación de los participantes, y la información aportada por otras tres personas que conocían muy bien a los colaboradores de imagen en cuestión.
Según Naumann, con este tipo de conocimiento, las personas pueden optar por definir su apariencia de manera específica para generar las impresiones que se espera de ellos. Lo que parece estar claro es que, según cómo sonriamos o estemos parados, mostraremos indicios de tensión o tranquilidad, de energía o cansancio.
Si estamos más abiertos a la experiencia, seremos menos propensos a vivir con excesiva pulcritud, pero nos vestiremos de una manera bastante distintiva. Mientras tanto, aquellos que muestran una apariencia limpia y saludable, a menudo cuentan con una conducta más consciente y reflexiva.
Asimismo, el estudio reveló diferencias entre hombres y mujeres, ya que ellas están mucho más influenciadas por las demandas culturales a la hora de mostrar su imagen, por lo que los resultados en ellas fueron más difíciles de obtener.
¿Crees que de la primera impresión es clave para el éxito o fracaso en ciertos aspectos de la vida? Y hablando de apariencia y primeras impresiones, ¿sabías que los niños pequeños confían más en las caras bonitas?
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