El cambio climático es un fenómeno cierto y progresivo por el que está transitando nuestro planeta. Aunque su magnitud y consecuencias reales son imposibles de predecir con total seguridad, (por lo que son temas que provocan no pocas polémicas y debates), en algo sí hay más acuerdo entre los científicos: cuáles son las sustancias emitidas por nuestra actividad industrial que actúan en la atmósfera y que aceleran el efecto invernadero a nivel planetario.
Hace pocos días se ha dado a conocer la existencia de un nuevo gas de efecto invernadero con una actividad exponencialmente mayor que los que se conocen en la actualidad, su nombre:perfluorotributilamina. Te invitamos a conocer más sobre el mismo.
¿Qué es la perfluorotributilamina?
La perfluorotributilamina (PFTBA) es una sustancia que se produce desde mediados del siglo XX y que es empleada en procesos industriales relacionados con la fabricación de equipos eléctricos. Está vinculada a los líquidos que se comercializan para facilitar la transferencia de calor en diversos aparatos, es decir, en líquidos especiales que como es lógico, deben ser térmica y químicamente muy estables.
Está particularmente asociado a la industria de los transistores y los capacitadores, siendo un compuesto totalmente sintético, o sea, que no se produce nunca de forma natural, sólo el hombre lo puede generar.
Un potente gas de efecto invernadero
Hasta el momento, el CO2 ha sido considerado el culpable por excelencia del efecto invernadero, dado sobre todo por las inmensas cantidades de este gas que hay en la atmósfera, producto de la quema de combustibles fósiles por parte del ser humano y procesos naturales como las erupciones volcánicas y muchas otros.
Pues según han dado a conocer recientemente unos científicos de la Universidad de Toronto, en Canadá, el gas de perfluorotributilamina es la molécula con el efecto más potente sobre la atmósfera que existe hasta donde sabemos. Según el artículo que han publicado en la revista Geophysical Research Letters, el PFTBA es hasta 7000 veces más dañino para la atmósfera que el dióxido de carbono, y es capaz de permanecer por 500 años en suspensión antes de disolverse, ya que la naturaleza no tiene forma de reciclarlo, como ocurre con el CO2.
Por suerte, según plantean, las concentraciones atmosféricas de la perfluorotributilamina son bastante bajas en comparación con las del dióxido de carbono, ya que están en el orden de 0,18 partes por trillón frente a las 400 partes por trillón. No obstante estas cifras no pueden ser subestimadas de ninguna manera debido a la perdurabilidad y potente actividad de cada molécula de PFTBA, en la que cada molécula tiene el impacto equivalente a 7100 moléculas de CO2.
Este descubrimiento es sumamente importante ya que se espera que contribuya a tomar medidas para reducir la emisión de este dañino gas industrial.
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