La historia de la humanidad, y más específicamente de la ingeniería, ha conocido numerosos accidentes ocurridos en todo el mundo como consecuencia de graves errores humanos u otras causas en los que la fuerza de la naturaleza se ha impuesto al ingenio del hombre. Uno de los sucesos más asombrosos ha sido sin lugar a dudas la caída del puente de Tacoma Narrows, el cuál marcó un hito en la ingeniería de puentes, contribuyendo al desarrollo actual de esta especialidad. Vamos a contarte qué ocurrió.
¿Cuándo se construyó este puente?
El puente de Tacoma Narrows, que fue construido en el año 1940 y fue conocido como Galloping Gertie, se convirtió tempranamente en uno de los más famosos de la historia, pero no precisamente por su belleza o su tamaño.
Con una longitud de 1600 metros y construido con vigas de acero ancladas a grandes bloques de hormigón, era el tercer puente colgante más grande del mundo cuando se inauguró, muy cerca de la ciudad estadounidense de Seattle.
La estrepitosa caída del puente de Tacoma Narrows
El día de 7 noviembre de 1940 amaneció con buen tiempo y un poco de brisa. Habían pasado solo unos pocos meses desde la inauguración del puente y todo parecía normal, sin embargo nadie podía esperarse lo que ocurriría ese día y que produciría una de las imágenes más impresionantes de la historia de la ingeniería.
Con un viento de alrededor de 65 kilómetros por hora que soplaba de manera constante, el puente comenzó a moverse peligrosamente y a oscilar como si se tratara de una bandera, lo cual llamó poderosamente la atención de los que estaban viendo semejante espectáculo.
Tras poco más de una hora en esta situación de vaivenes y sacudidas, el puente se desmoronó y cayó hecho pedazos al agua. Afortunadamente no hubo que lamentar la pérdida de ninguna vida.
Resonancia: la causa del derrumbe
La caída de este puente es el ejemplo clásico que se emplea para explicar el fenómeno de laresonancia mecánica, que se produce cuando un cuerpo capaz de vibrar se somete a la acción de una fuerza periódica, cuyo período de vibración coincide con el período del propio cuerpo. Esto provoca que el cuerpo vibre aumentando progresivamente la amplitud del movimiento.
En el caso de este puente, la ligera velocidad del viento y la frecuencia del mismo coincidieron con la frecuencia natural del puente, por lo que la energía transferida se maximizó de tal maner a que las ondas lo balancearon hasta colapsarlo, a pesar de estar construido para soportar vientos de hasta 200 kilómetros por hora según sus constructores.
Errores de fabricación
El análisis de las causas de la caída de este puente demostró que hubo errores graves en su fabricación que propiciaron que se viniera abajo con condiciones meteorológicas tan benignas. Por ejemplo, en su construcción se emplearon vigas de acero que formaban una estructura de sustentación horizontal maciza y cerrada que favorecía la resistencia del viento. Esto permitía la formación de peligrosas turbulencias y corrientes de aire alrededor del mismo.
Las lecciones aprendidas a partir de este desastre permitieron mejorar considerablemente la seguridad en la construcción de los nuevos puentes colgantes en todo el mundo, incluido el sustituto del fatalmente colapsado, el cual se inauguró en 1950 y afortunadamente, existe aún en nuestros días.
¿Conocías este espectacular desastre de la ingeniería? ¿Sabías que el hundimiento del Titanic también fue facilitado por errores en su fabricación?
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